
¿Quién disfruta sentir dolor? ¿Cuántas personas en promedio van por el mundo exponiéndose al tormento? Ciertamente no he encontrado muchas, lo que si es cierto es que normalmente escapamos o nos alejamos de cualquier señal que nos indique la posibilidad de experimentar dolor.
Hay eventos que por su naturaleza resultan en extremo dolorosos, y la ruptura en una relación de pareja no es la excepción. Saber que todo se terminó, que tu rutina tal como la conoces va a cambiar, los proyectos de vida conjuntos se desvanecen, el afecto que recibías ya no va a estar más, tu día a día va a cambiar de forma radical, esto genera tanta ansiedad y angustia, al punto de encontrar personas que para alejarse de todo esto, pueden llegar a tolerar abusos y así evitar sentir este malestar intenso.
Ahora, que pasa cuando ya es inevitable y ocurre el desenlace; muchas personas entrarían en un proceso de duelo, en el que atraviesan diferentes etapas, hasta que finalmente se acepta lo ocurrido y poco a poco van creando nuevas rutinas, planes, en los que esa persona tan amada ya no va a estar presente. Esta etapa puede ser desgarradora y en extremos dolorosa, pero, es muy necesaria para cerrar ciclos y poder continuar.
Pero, de estas personas no se trata este artículo, hoy quiero hablar de ese otro grupo de personas que se niegan a experimentar el dolor, esas personas que luego de terminar una relación, comienzan a buscar pareja de forma desenfrenada, que exploran todo tipo de citas casuales, personas que se exponen al abuso de sustancias, y todo lo que sea necesario para anestesiar el dolor, y simplemente engavetarlo para no sentir sin importar las consecuencias.
Estas personas, pueden comenzar incluso otras relaciones de pareja, con el mismo compromiso y seriedad de la relación anterior, la cual, aún no se ha superado ni remotamente. En estos casos, luego de pasar la etapa de enamoramiento con la nueva pareja, puede llegar de súbito el proceso de duelo inacabado de la antigua relación. Imagina como seria que tu nueva relación te esté contando que tuvo un mal día y no seas capaz de soltar el teléfono revisando las historias de tu ex, sabiendo que por más valiosa que sea la persona que tienes delante, simplemente tu corazón no tiene la capacidad de conectarse con el otro. Aquí toca sufrir los tres, tu pareja ya sufrió por la ruptura, tú no tienes más remedio que aceptar lo que sientes, y la nueva relación se cuestiona una y otra vez que ha hecho mal y porque no logra conectar contigo, en resumen, el dolor se multiplica.
En el mejor de los casos la nueva relación termina y cada parte sigue por su lado, en otros casos, la relación continua a pesar de saber que las verdades que no se dirán jamás.
Te invito a reflexionar un poco, el dolor que se siente ante la ruptura de una relación es normal, forma parte del proceso, si tienes la paciencia suficiente y el compromiso contigo mismo, te prometo que va a mejorar, solo trata de evitar salidas express que al final te llevaran a aumentar tu dolor y malestar.
Por más atractivo que resulte una nueva relación, recuerda que estás en proceso de sanar, y tal vez no sea el momento para dejar entrar a alguien de manera romántica, pero si puedes apoyarte en tu red de apoyo, incorporar nuevas rutinas sanas en tu tiempo libre, compartir con amigos y familiares y darte el permiso también de sentirte triste sin juzgarte. Mantener el contacto 0 no es capricho, en la medida que ese se respete, poco a poco el vínculo se va debilitando hasta que, llegado el momento, la aceptación llega y te libera para recomenzar una nueva vida de pareja.
Los procesos importantes de la vida toman tiempo, la capacidad de amar, de entregarse, de conectar con el otro desde un lugar sano, pueden tomar tiempo, pero siempre valdrá la pena la espera.
Si necesitas ayuda, acá estoy.